lunes, 5 de junio de 2023

EL VALOR DE LA AMISTAD

 Lo que voy a escribir, mas que una declaración de intenciones es una Oda a la amistad. Aquí recopilo información desde la antigua Grecia hasta estudios realizados en la actualidad. Experimentos sociológicos, humanísticos, psicológicos y psiquiátricos. 

En un mundo donde impera el individualismo, egoísmo y una necesidad de mirarnos el ombligo continuamente, aquí hablo de valores y principios que nunca han dejado de existir pero que lamentablemente se van perdiendo lamentablemente para quedar en el olvido. 

Para empezar desde el principio, Aristoteles dice que cualquier persona  debería saber distinguir sobre los tres modelos distintos de amistad.

El primero habla de una amistad Utilitaria, en el que los amigos se relacionan porque tienen una utilidad en común. La amistad va a durar lo que dure la utilidad.

En segundo lugar esta la amistad de Diversión. Es decir, la amistad va a durar lo que dure la diversión. 

Y en tercer lugar esta el modelo de la Virtud. Es una relación igualitaria. Es la alegría que te proyecta el otro, cuando el otro consigue un logro por su cuenta. Esa honestidad de sentir que te valoran igual que tu valoras al otro, que las alegrías tuyas son compartidas por el otro. 

Aristoteles también dice que somos animales Políticos. Somos animales que necesitamos del grupo para desarrollarnos.

La Universidad de Harvard hizo un experimento en el año 1938 con un grupo de estudiantes. Fue un estudio longitudinal de mas de 75 años, que durante año tras año, desde que tenian 19 años hasta su fallecimiento, iban a sus casas para interrogarlos en torno a su concepto de felicidad y se les hacían análisis médicos. En realidad lo que buscaban era saber que hacían un grupo de personas ancianas en un estado de salud buena y con cierta felicidad. La conclusión después de muchísimos datos a lo largo de tantos años es que las personas llegan a la vejez sanas y felices, son aquellas que han sabido hacer una buena Selección de las Relaciones Sociales a lo largo de sus vidas. De manera que no se trata de la cantidad de amigos que tengamos, sino de la calidad de esas amistades. 

Continuara...

lunes, 17 de abril de 2023

AMANECER

 Una mañana fresca de otoño en aquel bosque que tanto nos gustó, vimos amanecer. Estábamos desnudos y tapados con una manta que llevábamos en la furgoneta, junto un par de libros y varias botellas de vino sin abrir. Sentados y acurrucados el uno junto al otro. Con nuestras tazas de café en mano y la mirada perdida, mirábamos sin decir una palabra cómo iba asomando el sol en el horizonte. Ese día nos dejamos llevar por la emoción y nuestros sentidos se agudizaron más que nunca. El olor de los árboles, las plantas,  los frutos rojos, la tierra, todo era más intenso. La bruma de la mañana empezó a cobrar vida. Su fragancia y humedad nos rodeó completamente y cómo sí de una danza se tratara, nos dejamos llevar soltando la manta, con los ojos cerrados, nos tumbamos en el suelo repleto de hojas caídas. El cantar de las aves y el sonido del viento son música para nuestros oídos. Después, el silencio nos acompañará el resto del día sanando nuestra mente. 

Todo empezó viendo amanecer…

domingo, 12 de marzo de 2023

Música que me acarician el alma

 https://youtu.be/QXWPdivFaTg 


https://youtu.be/ELKbtFljucQ 


https://youtu.be/wDjeBNv6ip0

https://youtu.be/T5mlnAWplwo 

https://youtu.be/sgRb_lfIZ6A 

Estás canciones me acompañan cada día, son mi banda sonora y no puedo escapar de ellas. Despiertan en mi ilusión cada mañana. La melancolía de mi mirada se transforma en una sonrisa y me hacen ver que todo puede salir bien. 

Estás canciones son para mí como ver la sonrisa de un niño pequeño, el beso de una mujer, el abrazo a un padre. Me emocionan de tal manera que tengo que oírlas todos los días. 

Aquí estáis viviendo todo lo que hay dentro de mí, el envoltorio lo conocen algun@s y l@s más cercanos me han ayudado a seguir en la brecha. Me han dado la tranquilidad de saber que si me caigo ell@s estarán ahí por muy alto que caiga. 

Pero esta última canción, cuando la descubrí me di cuenta que me describe perfectamente. Este tema está interpretado por dos paisanos con una sensibilidad difícil de igualar. Espero que os guste tanto como a mí. Buenas noches. 


https://youtu.be/GTI6YpX6iFI 



viernes, 3 de marzo de 2023

ESE BESO QUE ME HAS DADO

 Ese beso que me has dado

Sabe a hierba, sabe a campo

Sabe a cielo, a leña seca

Y a rocío de verano

Ese beso que me diste

Ese beso que me has dado

Ese beso que me has dado

Con vergüenza, sin pensarlo

Me ha sabido a pan de estrellas

A canción feliz y a llanto

Ese beso que me diste

Ese beso que me has dado

Y ahora yo

Camino por el aire recordándote

Y ahora yo

Flotando en una nube y deseándote

Contando las semanas por tus besos

Midiendo las distancias por tus labios

Y ahora yo

Cantando por las calles como un pájaro

Y ahora yo

Gritando a todo el mundo que te amo

Hablando en solitario de contento

Soñando con el beso que me has dado

Hablando en solitario de contento

Soñando con el beso que me has dado

Ese beso que me has dado

Sabe a hierba, sabe a campo

Sabe a cielo, a leña seca

Y a rocío de verano

Ese beso que me diste

Ese beso que me has dado

Ese beso que me has dado

Con vergüenza, sin pensarlo

Me ha sabido a pan de estrellas

A canción feliz y a llanto

Ese beso que me diste

Ese beso que me has dado

Y ahora yo

Camino por el aire recordándote

Y ahora yo

Flotando en una nube y deseándote

Contando las semanas por tus besos

Midiendo las distancias por tus labios

Y ahora yo

Cantando por las calles como un pájaro

Y ahora yo

Gritando a todo el mundo que te amo

Hablando en solitario de contento

Soñando con el beso que me has dado

Y ahora yo

Camino por el aire recordándote

Y ahora yo

Flotando en una nube y deseándote

Contando las semanas por tus besos

Midiendo las distancias por tus labios

Y ahora yo

Cantando por las calles como un pájaro..


Recuerdo esta letra cuando tenía sólo doce años. Fue la primera vez que una niña me dió mi primer beso. Dulce, limpio, puro, inocente y tierno. Una tarde en casa, oí por primera vez ésta canción de Hernaldo Zuniga. La escribí en un papel y la guardé durante años como un tesoro. Cada vez que la leía venía a mi mente aquel momento tan tierno. Me hacía mayor y seguía leyéndola, mirando la letra de un niño que acababa de enamorarse. Tímido, inseguro, disléxico (eso sigo siéndolo) ilusionado. Pensaba que nunca más mis labios besarían otros labios que no fueran los de aquella chiquilla. 

Los años siguieron pasando y en una de las innumerables mudanzas que he hecho, perdí ese precioso recuerdo. Por eso quiero dejar aquí constancia de la letra de esa canción, que tantas veces y a tantas mujeres canté al oído en mis cincuenta años. Si alguien le hubiera dicho a ese crío a cuántas mujeres he besado a día de hoy no se lo hubiera creído, y estoy seguro que le habría entristecido porque en su interior sólo quería amar a esa chiquilla que tenía la misma edad que él. 

Está claro que la vida nos da y nos quita lo que ella desea. Y por ese motivo me ilusiono, siento, deseo y amo. Porque tengo muy claro que llegará el día que deje de hacerlo. Pero hasta que llegue ese día...

miércoles, 1 de marzo de 2023

AMORES TRUNCADOS (CONTIUACION)

 La aparté de mi lado suavemente, me subí y abroché los pantalones como pude, le di un beso en los labios y con lágrimas en los ojos le dije que tenía que marcharme. ¡Por Dios cuanto me costó irme!.

Al día siguiente me casé con la que era mi novia y cinco años después de ver que la relación no funcionaba por motivos lógicos, decidí terminar con la relación. 

Cuando las heridas cicatrizaron no lo dude ni un momento, fui en busca de la que fue mi amor platónico pero no la encontré. Mi amigo que nos presentó le perdió la pista y no tenía su teléfono. Además, en aquella época no había móviles. Treinta años después sigo sin saber nada de ella. Sólo sé que fue otro angel que el destino me puso en mi camino y lo guardo en mi corazón como un sueño maravilloso.

La primera de todas fue con dieciséis años. Unas semanas antes de fin de año, mis amigos que en aquellos años eran muchísimos, me convencieron en organizar una fiesta de fin de año. Alquilamos un bar de verano que estaba cerrado en el barrio de María Auxiliadora de Sevilla. Lo adecentamos lo que pudimos, pusimos dinero entre todos y compramos bebidas. Montamos guirnaldas de luces de colores entre los naranjos que estaban en el patio y lo usamos como pista de baile, algunos altavoces y un tocadiscos serían los encargados de animar la fiesta. 

Cada uno se encargaba de invitar a chicas a la fiesta cobrándoles una entrada, lógicamente. La mañana de fin de año lo teníamos todo organizado. Con el dinero que obtuvimos por la venta de entradas lo gastamos en más bebidas. Mi amigo Carlos se encargaría de poner la música, básicamente porque él era el propietario del equipo y yo de servir las bebidas en la barra. 

¡Llegó el momento! ¡Feliz Año 1989!. Brindis con la familia, el portero electrónico empezó a sonar unos minutos después. Con los nervios me vuelco medio bote de colonia Drakkar Noir, que para mí era mi más valioso tesoro. Ya estoy en la calle con algunos de mis amigos, los cuales me preguntan si me había echado colonia, ¡irónicos que eran los muchachos!. Me empiecen a contar que iban un montón de chicas de una discoteca, por llamarla de alguna manera, a la que íbamos los fines de semana. Yo sólo conocía a las novias de algunos y poco más. La puerta del bar estaba repleta de chicas y chicos de unos dieciséis y diecisiete años. Me coloco en la barra dispuesto a servir copas y durante media hora no doy a basto. Tiene que entrar en la barra un par de amigos porque estas criaturas vienen con mucha sed. 

Pasado un rato la cosa se tranquiliza y era el momento de servirme mi primera copa. Miraba desde detrás de la barra como bailaban y lo bonito que había quedado esos naranjos con las luces, pero sin saber por qué noto que me están observando. Miro tímidamente a un grupo de chicas que bebían y me doy cuenta que una de ellas es la que no me quita ojo. Me quedo mirándola, sonríe, yo también, le dice algo a las demás y empieza a caminar hacia la barra. ¡Tierra trágame!. Era una preciosidad. Metro setenta y cinco, pelo castaño liso y largo hasta la cintura, ojos grandes y rajados. Labios carnosos, chaqueta y minifalda de cuero negro que se le ceñían a la cintura y caderas. Se acerca a mi con sonrisa picarona. ¡A mi me va a dar algo! Le digo a Carlos que lo tengo al lado y la está mirando con la misma cara de gilipollas que yo. 

¿Qué te bebo? digo ¿qué te pongo? —le pregunto mientras mis piernas tiemblan tras la barra. 

—No quiero nada gracias. Lo que quiero es bailar contigo—.

Miro a Carlos, él me mira a mí, sonrio, salgo de la barra y Carlos mientras tanto pone una canción lenta. Sign Your Name de Terence Trend d’Arby. 

Bailamos, la agarro de la cintura, ella cruza sus muñecas detrás de mi cuello, sonreímos, ella tira sutilmente de sus manos acercándome cada vez más, sus pechos grandes y duros se chocan con el mío, mis manos la agarra por la espalda y nuestros cuerpos se abrazan completamente. Nos besamos suavemente, ella introduce su lengua dentro de mi boca acariciando mi lengua, después muerde mis labios, le acaricio la cabeza mientras meto mis dedos despacio entre su pelo. Bailamos dando vueltas muy despacio, la canción parece no tener fin y me prometo no olvidar nunca en mi vida esa maravillosa melodía. A día de hoy cada vez que la escucho me acuerdo de esa maravillosa criatura y de uno de los momentos más bonitos que he vivido. 

Continuará…



miércoles, 8 de febrero de 2023

Amores Truncados

 Soy quién soy, no lo puedo remediar. 

Amo, sonrío y me vuelvo a ilusionar.

No tengo remedio, lo sé. 

Tantas veces he cambiado, tanto llegué a dar, que aveces no sé quién soy. 

He recogido migajas de un amor incomprendido, he sufrido y he penado, por no ser quién querías que fuera. 

Cuanto más claro lo veo todo, más se me nubla la vista. Es difícil responder porqué es tan duro el destino. Una vez fui joven. Me enamoré de una chica, rubia, guapa y risueña. Con sólo diecisiete años y una vida por delante, se complicó la vida enamorándose de quien no la quería. La dejo embarazada, después la dejó tirada en el abandono de la indiferencia y el dolor. Su familia no lo sabía porque ella no tenía el valor suficiente. Después aparecí yo, allí, en un pueblo retirado de mi hogar, de la comodidad de un chaval de dieciocho años.  Me enamore locamente. Oí de su boca la realidad de su vida. No me importo porque mi amor era fuerte y valiente. Comenzamos una aventura bonita e inocente, que duró dos meses. Nos mandamos cartas de amor, nos veíamos a escondidas como dos furtivos. La noche era nuestra aliada, donde nos cubríamos para amarnos. Nos besábamos, nos acariciábamos y hacíamos el amor con tanta pasión, que nuestros cuerpos temblaban en la hierba. Mirando la luna soñábamos despiertos cómo sería nuestro futuro juntos con un bebé que no era mío. 

Un día llego a mi casa una carta de ella. Yo estaba en un pueblo retirado de la ciudad donde trabajaba como camarero de feria. Al regresar a casa descubro que la carta fue leída, ultrajada por la mirada de unos ojos atónitos que no daban crédito de su contenido. Me preguntaron si el crío era mío. Me interrogaron para después juzgarme por el delito de amar a una chica embarazada. Esa fue mi pena y olvidarla mi castigo. No podía hacer nada, era joven, sin dinero ni nadie que me ayudara. Tuve que dejarla de la forma más cobarde. Tuve que decir tantas cosas que no quería, que por letra redactada una lágrima caía por mi joven y desdichado rostro. 

Al siguiente año mientras hacía la mili, un compañero de cuartel me descubrió. Supo de mi historia porque su novia fue la chica que me ayudaba a comunicarme con ella y una foto desveló quien era yo en esta historia. Cuando el chico se entero me dijo lo idiota que fui, porque chica como aquella, no había más en aquel pueblo. El siguiente fin de semana, este chico me invitó a su casa. Allí la vi de nuevo, año y poco después. Hablamos y nada más. Todo cambio entre nosotros y nunca más volví a ver. 

Qué habría pasado si hubiera sido valiente?. ¿Qué habría pasado?. Eso nunca lo sabremos.

Cuando cumplí veintiún años un par de meses antes de casarme, quedé con un amigo para tomar café y darle la invitación para la boda. Vino con un par de amigas y una de ellas era una chica con la que coincidía muy a menudo en una discoteca. Fue mi amor platónico desde el mismo instante que la vi por primera vez. 

Al presentarme las chicas y sentarnos en una mesa ella me dijo que le sonaba mi cara, y sin pensarlo ni un poco le respondí que fue mi amor platónico de aquella discoteca, pero como tenía pareja nunca me acerqué a ella. Ella sonrió y me respondió que fue una pena el no haberme acercado a ella, porque el que fue su novio era un cretino.

Cuando me vio darle la invitación a mi amigo preguntó que era ese sobre y al enterarse que era la invitación de boda, su rostro cambió completamente. Fueron pasando las semanas y coincidimos muchas tardes. Hablábamos de nosotros, reíamos recordando anécdotas y sin darnos cuenta nos fuimos enamorando el uno del otro. 

El día antes de la boda estaba en un bar con los amigos y allí estaba ella. Me pidió que la acompañara fuera. Yo la seguí a la calle y en cuanto salí del local me agarró del brazo y me llevó a la calle de al lado. Estaba oscura y no había nadie. Me empujó a la pared y me comió a besos. No daba crédito de lo que me estaba pasando. Era irreal, no podía ser que la chica que tanto me gustaba y deseaba con toda mi alma, se entregara a mí de esa manera en esa oscura calle. Mi corazón luchaba con mi cerebro, mientras me besaba por el cuello me decía al oído que no me casara. Que rompiera con todo y fuera feliz con ella. Me lo pidió, me lo suplico. Mientras la apretaba contra mi pecho mis manos acariciaron todo su cuerpo. El deseo y la pasión se apoderó de mí mientras ella desabrochaba mi cinturón. Sus manos temblorosas me bajaron el pantalón hasta las rodillas, dejándome desnudo parcialmente. Me tocaba y masajeaba mientras no paraba de besarme por el cuello. Mi cuerpo se estremecía mientras mirando al cielo el remordimiento me decía que al día siguiente me tenía que casar. 

Continuará…