lunes, 17 de abril de 2023

AMANECER

 Una mañana fresca de otoño en aquel bosque que tanto nos gustó, vimos amanecer. Estábamos desnudos y tapados con una manta que llevábamos en la furgoneta, junto un par de libros y varias botellas de vino sin abrir. Sentados y acurrucados el uno junto al otro. Con nuestras tazas de café en mano y la mirada perdida, mirábamos sin decir una palabra cómo iba asomando el sol en el horizonte. Ese día nos dejamos llevar por la emoción y nuestros sentidos se agudizaron más que nunca. El olor de los árboles, las plantas,  los frutos rojos, la tierra, todo era más intenso. La bruma de la mañana empezó a cobrar vida. Su fragancia y humedad nos rodeó completamente y cómo sí de una danza se tratara, nos dejamos llevar soltando la manta, con los ojos cerrados, nos tumbamos en el suelo repleto de hojas caídas. El cantar de las aves y el sonido del viento son música para nuestros oídos. Después, el silencio nos acompañará el resto del día sanando nuestra mente. 

Todo empezó viendo amanecer…