sábado, 28 de abril de 2012

CAPITULO XVI : FRUTOS DE LA INMADUREZ



                                                            Hola Javier



Ayer por la mañana salí a comprar el periódico como todas los días y al salir del chalet eché un vistazo al buzón, recogí la correspondencia y mira por donde estaba tú carta. La verdad es que no sé ni porque sigo escribiéndote después de lo que me dices en ella. Esta carta es muy diferente a todas las demás. Esta cargada de odio, ira, resentimiento y mucha envidia. 
No te entiendo Javier. ¿Por qué me atacas de esa manera?.¡Creia que eramos amigos!. Pero no, me has demostrado a el verdadero Javier, he descubierto que hay debajo de esa mascara triste y lamentable que hasta el día de hoy me daba pena y lastima. 
Pero veo que estaba muy equivocada. Después de los insultos y ataques hacia mi persona he descubierto que todo lo que te mueve no es ni más ni menos que envidia a mi chico y celos por no ser tú el protagonista de mi felicidad. 
A él lo pones a caer de un burro sin un por qué, sin motivos, con saña, demostrándome que no te importa un pimiento mi felicidad ni respetas mi desición tomada. ¡Ni que yo fuese tuya!. ¡Pues no!, no lo soy ni lo seré nunca.
Es más, nunca estarás con una mujer como yo. No tienes ni categoría ni clase para estar con una mujer que se parezca a mi.
A saber con que tipo de fulanas habrás estado, no quiero ni pensarlo. Aunque me puedo hacer una idea.
Eres un ser despreciable. Antes me dabas pena pero ahora me das asco. 
No entiendo como fui tan estúpida al responder a tus cartas, tenia que haberlas tirado a la basura.
Me arrepiento de haberte mandado la foto que te mande, fue un gran error por mi parte. ¿Que has pensado todos estos meses, que podías ganar mi corazón a base de lastima?. ¿Crees que una mujer se conquista contándole tu miserable vida?. Pues no, estas muy equivocado. 


Me dices que lo deje, ¿por qué?, ¿porque esta casado?. Ya te dije que lo va a dejar con su mujer, ¿o es que no me crees?. Pero esta claro que tienes envidia de que el sea un hombre famoso, rico y con éxito. 
¿Que te pasa que llevas mal ser un don nadie?.
Pues a muy pesar tuyo soy feliz con ese hombre y me merece muchisimo la pena estar unos meses sacrificada compartiendolo con su mujer porque sé que muy pronto sera sólo mio.
Hay una cosa que todavía me pregunto, ¿por qué no me enviaste una foto tuya como hice yo?, ¿tan feo eres?.



¡En fin!, creo que no merece la pena seguir malgastando mi tiempo mandando una carta a un tipo tan miserable como tú y sin más preámbulos me dispongo a seguir con mi maravillosa vida cotidiana. 
Sólo espero no tener que recibir más cartas tuyas, porque desde luego no hay cosa en el mundo que me pueda aburrir tanto como  leer tus dichosas cartas.







                                                              ¡Adios!



                                            Rocío





 P.D. : Pensándolo mejor, si quieres seguir mandándome cartas te doy permiso que lo hagas, así seguiré riéndome de tú penosa vida.


                                 


No hay comentarios: