martes, 18 de enero de 2011

SEXTO CAPITULO : ¿ MI DESTINO O MI DESDICHA ?

 ¡ Hola Rocío !.


Gracias. Gracias por contestar, gracias por ser tú quien lees mis cartas, te vuelvo a dar las gracias por responderme. Sobre todo te doy las gracias por darme tus señas para seguir mandándote más cartas.

Rocío, bonito nombre el tuyo. Me trae recuerdos de mi tierra, coplas oídas desde pequeño con tú mismo nombre. Infinidad de veces las que he ido a la aldea del Rocío. ¡ Cuantas veces he cantado la Salve Rociera !. Un año que hice el camino al Rocío desde un pueblo de Sevilla. Experiencia sin igual, de la que guardo maravillosos recuerdos. En fin, tú nombre me trae alegría lo mire por donde lo mire. 


Disculpa este entusiasmo pero entiende que para mi saber que tú has recibido todas mis cartas y además que tengo tú permiso para seguir mandándote más cartas es muy importante para mi.
Quizás no lo entiendas pero para mi esto es una terapia maravillosa. Una válvula de escape para salir de mi monótona aunque no lo creas, vida. Sana este dolor que me produce la soledad. Sí, la soledad. Una soledad infinita que me golpea y humilla diariamente de una forma brutal. Como te dije en anteriores cartas, tengo amigos y muy buenos por cierto. Ellos me aprecian de verdad y yo lo sé, pero cuando llego a mi casa la soledad me esta esperando sentada en el sofá. Me mira a los ojos, sonríe y me repite día tras día la misma frase :  " Desengañate Javier, no busques más, yo soy y seré tú única compañía cuando llegues a casa ".
Por las noches se mete en mi cama y apoya su mano en mi alma. Me acaricia la piel dejando impregnada en ella rencor, desengaño, cobardía. Me unta en los ojos un bálsamo de resentimiento y reproche hacia mi mismo. 
Pero al llegar el día, lucho Rocío. De verdad que lucho y lo hago con todas mis fuerzas para sacar de mi todo lo negativo que me da ella por la noche.
Soy alegre, divertido y soñador. Me ilusiono con muy poquito, me niego a estar sólo, quiero creer Rocío.Sí,  Rocío, sí. Quiero creer. Creer con letras mayúsculas, con todo mi corazón y mis fuerzas. Quiero creer en el amor. Quiero sentirlo en cada poro de mi cuerpo. Sentir su calor agradable y acogedor que llena de ilusión mi espíritu. Porque de eso se trata mi forma de concebir la vida  " amar y ser amado ".
Pero al llegar la noche, la soledad me abraza en mi cama y me hace su prisionero. 



En uno de los viajes que hice hace un par de años por mi trabajo, me mandaron a Inglaterra. Por cierto, querías saber cual es mi profesión ¿ verdad ?. Pues bien, soy mecánico de aviones. Como te iba contando, después de terminar de reparar el avión, los dos ingenieros que venían conmigo en el viaje me tuvieron que llegar de urgencias a un hospital, ya que tenía peritonitis. Al día siguiente ellos tenían que regresar a Madrid, dejandome sólo en aquel hospital de Nottingham con otros cinco pacientes más en la misma habitación.
Era una habitación grande y siempre concurrida de gente, que iban y venían.


Y allí estaba yo, en un hospital de otro país, recién operado y sin familiares ni amigos que me pudieran hacer compañía. La soledad se hizo más espesa. Era como una densa niebla que me cubría por completo, pero a la vez me dejaba ver con muchisima nitidez  todo lo que ocurría a mi alrededor.
Los otros enfermos y sus familiares me miraban y leían el cartel que tenía justo encima de mi cama decía :   "Speak Spanish ". Sus miradas eran de compasión y de pena por verme allí sólo, sin ninguna compañía, sin nadie con quien hablar durante las veinticuatro horas del día. Me llamó un jefe de bastante relevancia en mi empresa y me dijo que si yo quería la empresa corría con los gastos de viaje y estancia para el familiar o amistad que yo quisiera . A lo que le respondí : se lo agradezco muchisimo, pero no vendrá nadie. ¿Por qué?, eso es algo que todavía me pregunto.

En tú carta me dices que no eres tú esa " mujer " a la que estoy esperando con el corazón y los brazos abiertos. Y la verdad, estoy de acuerdo contigo después de leer lo que hablas de ti . Estoy seguro de que no tenemos nada en común tú y yo, aunque si te digo la verdad, una cordobesa morena, de ojos verdes, metro setenta de altura y constitución delgada puede ser perfectamente una maravillosa compañera de cualquier hombre que se preste. Y no sé por qué, pero me da que seguro que eres además una mujer de rostro muy bello. Pero no busco un emboltorio, busco algo más, busco el interior, busco una mujer con el corazón dispuesto a recibir y a dar amor. Busco pasión, humildad, que es uno de los valores más importantes de una persona y de la que menos nos preocupamos en buscar. No quiero compasión ni pena, sólo quiero ver su rostro al despertar y descubrir su luz interior. Una sonrisa, un beso de buenos días y un : después nos vemos cariño.
Me alegro mucho que seas feliz con tú vida y disfrutes tú soltería plenamente. Espero y deseo que todas las personas que te rodean sean felices contigo y también lo seas tú con ellas. Desde luego el paisaje te acompaña, porque aunque no conozca Santander, estoy seguro que tiene que ser una tierra bellisima y maravillosa. Espero tener ocasión de poder visitar tú tierra muy pronto para deleitar mis ojos con sus paisajes. Y como no, tampoco estaría nada mal poder sentarme contigo en alguna terraza tomando un café y podernos conocer en persona. Bueno, aquí me despido por hoy.



                                     Un beso



                                                                      Javier




P.D. : Si decides responder a mis cartas me harás muy feliz.



No hay comentarios: